jueves, 23 de diciembre de 2010
Cierre de año
Por lo tanto, aunque tenga bankroll suficiente para subir a nl200, todavía no es el momento; si bien aún no me puse objetivos para el 2011, seguramente el primer semestre haré mucho cash out para ir acercándome a mi sueño cuando comencé esta profesión: tener mi casa, sin lujos, simplemente mi techo (y más ahora que tengo 2 mellizas hermosas).
En lo referente al poker, comentarles (en realidad estoy reiterando) que me costó (y me sigue costando) cambiar mi mentalidad, mal formada desde el inicio con el póker. Me refiero a que recién este año dediqué tiempo al estudio, y aunque me falte mucho; ahora me di cuenta que fui un estúpido en no haber estudiado antes.
Otra modificación este año, fue la cuestión mental, he podido reducir mucho el impacto y consecuencias del TILT en mi juego.
Al principio de año también tenia la incertidumbre de no saber como iba a responder a la presión extra de tener 2 hijos, sin un sueldo y alquilando. Pero jamás deje de confiar en mi, y siento que puedo dar mas, que algo mas grande esta por venir.
Así que, estoy agradecido por los resultados obtenidos, y de esta forma quería animarlos a que persigan sus sueños. No hay tiempo para tener miedo a tomar una decisión que pueda salir mal, siempre y cuando sea algo mejor a un flip, jaja, por lo menos un XX vs YZ.
Me quedaron cosas por comentar, pero ya estoy viajando para Tandil a visitar la familia.
Un abrazo a todos, felices fiestas.
PD: especial saludo a SirFreddy por ser miembro del TEAM ONLINE de PS.
PD2: voy a pensar en algún cambio en el blog, especialmente debatir manos para buscar las situaciones con mayor EV.
sábado, 27 de noviembre de 2010
¿Por qué alguien querría ser profesional de poker online?
Obviamente como toda persona, me mueven las emociones, que vivo bloqueando mientras juego y me alimentan para arrancar cada día.
Ahora, se me ocurren un par de ítems para reflexionar, junto a vídeos.
VIDEO: http://www.youtube.com/watch?v=XtqnGy3XIa0
1) Un profesional de poker, no es un profesional normal, (como un medico, abogado, etc.) es un experto en toma de decisiones, control de emociones, inteligencia emocional, capacidad de abstracción, estudio, análisis y sobre todo confianza en si mismo (esa voz en el oído que nos dice: levántate hijo de perra! VIDEO: http://www.youtube.com/watch?v=hdBHWminejI) y estar preparado para recibir el golpe. Que tanto puedas aguantar, y seguir adelante!!!.
2) Si comete un error lo analiza, si lo repite vuelve a analizarlo y si no lo repara se queda toda la vida en el mismo nivel.
3) Con suerte, reunirá todas las condiciones y se convertirá en profesional de poker. Casi NUNCA sera gratificado de acuerdo a su trabajo, y NUNCA deberá rendirse.
VIDEO: http://www.youtube.com/watch?v=oY8tfvTSrp0
Pero a pesar de todo, en mi caso, siempre me sigo alimentando con este desafío que yo elegí, porque al fin y al cabo, me gusta mi profesión.
GL all
miércoles, 10 de noviembre de 2010
Homenaje a René Gerónimo Favaloro
Bueno, en esta entrada quiero recordar a uno de los padres de la ciencia de nuestro país.
Les dejo 5 entrevistas y la carta despedida.
(Parte 1/5)
http://www.youtube.com/watch?v=BACRsGPYa0U
(Parte 2/5)
http://www.youtube.com/watch?v=KsEF4BXpHak&feature=related
(Parte 3/5)
http://www.youtube.com/watch?v=xrJgKHvxrCY&feature=related
(Parte 4/5)
http://www.youtube.com/watch?v=St53qCq9vzc&feature=related
(Parte 5/5)
http://www.youtube.com/watch?v=CBRiHeFPIzE&feature=related
Carta del Dr. René Favaloro
Julio 29-2000
«Si se lee mi carta de renuncia a la Cleveland Clinic, está claro que mi regreso a la Argentina (después de haber alcanzado un lugar destacado en la cirugía cardiovascular) se debió a mi eterno compromiso con mi patria. Nunca perdí mis raíces. Volví para trabajar en docencia, investigación y asistencia médica. La primera etapa en el Sanatorio Güemes, demostró que inmediatamente organizamos la residencia en cardiología y cirugía cardiovascular, además de cursos de post grado a todos los niveles. Le dimos importancia también a la investigación clínica en donde participaron la mayoría de los miembros de nuestro grupo. En lo asistencial exigimos de entrada un número de camas para los indigentes. Así, cientos de pacientes fueron operados sin cargo alguno».
«La mayoría de nuestros pacientes provenían de las obras sociales. El sanatorio tenía contrato con las más importantes de aquel entonces. La relación con el sanatorio fue muy clara: los honorarios, provinieran de donde provinieran, eran de nosotros; la internación, del sanatorio (sin duda la mayor tajada). Nosotros con los honorarios pagamos las residencias y las secretarias y nuestras entradas se distribuían entre los médicos proporcionalmente. Nunca permití que se tocara un solo peso de los que no nos correspondía. A pesar de que los directores aseguraban que no había retornos, yo conocía que sí los había. De vez en cuando, a pedido de su director, saludaba a los sindicalistas de turno, que agradecían nuestro trabajo. Este era nuestro único contacto.
A mediados de la década del 70, comenzamos a organizar la Fundación. Primero con la ayuda de la Sedra, creamos el departamento de investigación básica que tanta satisfacción nos ha dado y luego la construcción del Instituto de Cardiología y cirugía cardiovascular.
Cuando entró en funciones, redacté los 10 mandamientos que debían sostenerse a rajatabla, basados en el lineamiento ético que siempre me ha acompañado. La calidad de nuestro trabajo, basado en la tecnología incorporada más la tarea de los profesionales seleccionados hizo que no nos faltara trabajo, pero debimos luchar continuamente con la corrupción imperante en la medicina (parte de la tremenda corrupción que ha contaminado a nuestro país en todos los niveles sin límites de ninguna naturaleza). Nos hemos negado sistemáticamente a quebrar los lineamientos éticos, como consecuencia, jamás dimos un solo peso de retorno. Así, obras sociales de envergadura no mandaron ni mandan sus pacientes al Instituto.
¡Lo que tendría que narrar de las innumerables entrevistas con los sindicalistas de turno!
Manga de corruptos que viven a costa de los obreros y coimean fundamentalmente con el dinero de las obras sociales que corresponde a la atención médica.
Lo mismo ocurre con el PAMI. Esto lo pueden certificar los médicos de mi país que para sobrevivir deben aceptar participar del sistema implementado a lo largo y ancho de todo el país. Valga un solo ejemplo: el PAMI tiene una vieja deuda con nosotros, (creo desde el año 94 o 95) de 1.900.000 pesos; la hubiéramos cobrado en 48 horas si hubiéramos aceptado los retornos que se nos pedían (como es lógico no a mí directamente).
Si hubiéramos aceptado las condiciones imperantes por la corrupción del sistema (que se ha ido incrementando en estos últimos años) deberíamos tener 100 camas más.. No daríamos abasto para atender toda la demanda.
El que quiera negar que todo esto es cierto que acepte que rija en la Argentina , el principio fundamental de la libre elección del médico, que terminaría con los acomodados de turno.
Lo mismo ocurre con los pacientes privados (incluyendo los de la medicina prepaga) el médico que envía a estos pacientes por el famoso ana-ana , sabe, espera, recibir una jugosa participación del cirujano.
Hace muchísimos años debo escuchar aquello de que Favaloro no opera más! ¿De dónde proviene este infundio?. Muy simple: el pacientes es estudiado. Conclusión, su cardiólogo le dice que debe ser operado. El paciente acepta y expresa sus deseos de que yo lo opere. ‘Pero cómo, usted no sabe que Favaloro no opera hace tiempo?’. ‘Yo le voy a recomendar un cirujano de real valor, no se preocupe’. El cirujano ‘de real valor’ además de su capacidad profesional retornará al cardiólogo mandante un 50% de los honorarios!
Varios de esos pacientes han venido a mi consulta no obstante las ‘indicaciones’ de su cardiólogo. ‘¿Doctor, usted sigue operando?’ y una vez más debo explicar que sí, que lo sigo haciendo con el mismo entusiasmo y responsabilidad de siempre. Muchos de estos cardiólogos, son de prestigio nacional e internacional. Concurren a los Congresos del American College o de la American Heart y entonces sí, allí me brindan toda clase de felicitaciones y abrazos cada vez que debo exponer alguna ‘lecture’ de significación. Así ocurrió cuando la de Paul D. White lecture en Dallas, decenas de cardiólogos argentinos me abrazaron, algunos con lágrimas en los ojos. Pero aquí, vuelven a insertarse en el ‘sistema’ y el dinero es lo que más les interesa.
No es la única institución. Médicos de la Fundación me han mostrado las hojas que les dejan con todo muy bien explicado. Llegado el caso, una vez el paciente operado, el mismo personal entrenado, visitará nuevamente al cardiólogo, explicará en detalle ‘la operación económica’ y entregará el sobre correspondiente!.
La situación actual de la Fundación es desesperante, millones de pesos a cobrar de tarea realizada, incluyendo pacientes de alto riesgo que no podemos rechazar. Es fácil decir ‘no hay camas disponibles’. Nuestro juramento médico lo impide.
Estos pacientes demandan un alto costo raramente reconocido por las obras sociales. A ello se agregan deudas por todos lados, las que corresponden a la construcción y equipamiento del ICYCC, los proveedores, la DGI, los bancos, los médicos con atrasos de varios meses.. Todos nuestros proyectos tambalean y cada vez más todo se complica.
En Estados Unidos, las grandes instituciones médicas, pueden realizar su tarea asistencial, la docencia y la investigación por las donaciones que reciben. Las cinco facultades médicas más trascendentes reciben más de 100 millones de dólares cada una! Aquí, ni soñando.
Realicé gestiones en el BID que nos ayudó en la etapa inicial y luego publicitó en varias de sus publicaciones a nuestro instituto como uno de sus logros!. Envié cuatro cartas a Enrique Iglesias, solicitando ayuda (¡tiran tanto dinero por la borda en esta Latinoamérica!) todavía estoy esperando alguna respuesta. Maneja miles de millones de dólares, pero para una institución que ha entrenado centenares de médicos desparramados por nuestro país y toda Latinoamérica, no hay respuesta. ¿Cómo se mide el valor social de nuestra tarea docente?
Es indudable que ser honesto, en esta sociedad corrupta tiene su precio. A la corta o a la larga te lo hacen pagar.
La mayoría del tiempo me siento solo. En aquella carta de renuncia a la C. Clinic, le decía al Dr. Effen que sabía de antemano que iba a tener que luchar y le recordaba que Don Quijote era español! Sin duda la lucha ha sido muy desigual.
El proyecto de la Fundación tambalea y empieza a resquebrajarse.
Hemos tenido varias reuniones, mis colaboradores más cercanos, algunos de ellos compañeros de lucha desde nuestro recordado Colegio Nacional de La Plata, me aconsejan que para salvar a la Fundación debemos incorporarnos al ‘sistema’.
Sí al retorno, sí al ana-ana.
‘Pondremos gente a organizar todo’. Hay ‘especialistas’ que saben como hacerlo. ‘Debés dar un paso al costado. Aclararemos que vos no sabés nada, que no estás enterado’. ‘Debés comprenderlo si querés salvar a la Fundación’ ¡Quién va a creer que yo no estoy enterado!
En este momento y a esta edad terminar con los principios éticos que recibí de mis padres, mis maestros y profesores me resulta extremadamente difícil.
No puedo cambiar, prefiero desaparecer.
Joaquín V. González, escribió la lección de optimismo que se nos entregaba al recibirnos: ‘a mí no me ha derrotado nadie’. Yo no puedo decir lo mismo. A mí me ha derrotado esta sociedad corrupta que todo lo controla.
Estoy cansado de recibir homenajes y elogios al nivel internacional. Hace pocos días fui incluido en el grupo selecto de las leyendas del milenio en cirugía cardiovascular. El año pasado debí participar en varios países desde Suecia a la India escuchando siempre lo mismo. ‘¡La leyenda, la leyenda!’
Quizá el pecado capital que he cometido, aquí en mi país, fue expresar siempre en voz alta mis sentimientos, mis críticas, insisto, en esta sociedad del privilegio, donde unos pocos gozan hasta el hartazgo, mientras la mayoría vive en la miseria y la desesperación. Todo esto no se perdona, por el contrario se castiga. Me consuela el haber atendido a mis pacientes sin distinción de ninguna naturaleza. Mis colaboradores saben de mi inclinación por los pobres, que viene de mis lejanos años en Jacinto Arauz.
Estoy cansado de luchar y luchar, galopando contra el viento como decía Don Ata. No puedo cambiar.
No ha sido una decisión fácil pero sí meditada. No se hable de debilidad o valentía. El cirujano vive con la muerte, es su compañera inseparable. El cirujano vive con la muerte, es su compañera inseparable, con ella me voy de la mano. Sólo espero no se haga de este acto una comedia. Al periodismo le pido que tenga un poco de piedad.
Estoy tranquilo. Alguna vez en un acto académico en USA se me presentó como a un hombre bueno que sigue siendo un médico rural. Perdónenme, pero creo, es cierto. Espero que me recuerden así.
En estos días he mandado cartas desesperadas a entidades nacionales, provinciales, empresarios, sin recibir respuesta.
En la Fundación ha comenzado a actuar un comité de crisis con asesoramiento externo. Ayer empezaron a producirse las primeras cesantías. Algunos, pocos, han sido colaboradores fieles y dedicados. El lunes no podría dar la cara.
A mi familia en particular a mis queridos sobrinos, a mis colaboradores, a mis amigos, recuerden que llegué a los 77 años. No aflojen, tienen la obligación de seguir luchando por lo menos hasta alcanzar la misma edad, que no es poco.
Una vez más reitero la obligación de cremarme inmediatamente sin perder tiempo y tirar mis cenizas en los montes cercanos a Jacinto Arauz, allá en La Pampa.
Queda terminantemente prohibido realizar ceremonias religiosas o civiles.
Un abrazo a todos. René Favaloro»
lunes, 8 de noviembre de 2010
Reporte de los últimos 40 días (más un regalo)
Hola!!, llevo poco más de 100k hands en estos últimos 40 días a un ritmo de 4,2 EV bb/100 y ahora me siento un poco más tranquilo que hace 3 meses, cuando tuve que revisar mi juego.
Entre los errores más importantes son:
- Estaba jugando muy face up, los rivales acotaban muy fácilmente mi rango y jugaban en función del mismo. No significa que sean buenos, sino que ya piensan un poco más, y juegan de acuerdo al rango percibido. Así que tuve que mezclar un poco más mis movimientos, o sea, nada de otro mundo, simplemente hacer lo mismo con diferentes manos en distintas situaciones.
- Mi tilt (que obviamente me sigue pasando como a la mayoría) era un leak más importante que ahora.
- Mi concentración en el desarrollo de la mano aumentó considerablemente, bajando el número de mesas (no más de 16 mesas).
- Arranqué con un UP increíble, que ahora se normalizó; volviendo imperiosa la necesidad de extender el winrate a mas de 200 k hands.
- Robo selectivo (y defensa de ciegas feroz).
- Aplicación correcta de: valor, protección, farol y semifarol.
Bueno, les dejo la gráfica en bb/100; mi reto será mantener un winrate > 4 bb/100 en 300 k hands (que aunque no es aconsejable estos retos, soy un profesional y debo jugar siempre igual en cualquier situación).
PD: Me olvidaba!!!, les pido que lean este cuento, a mi me impactó. Es del maestro JL Borges.
El sur
[Cuento. Texto completo]
Jorge Luis Borges
El hombre que desembarcó en Buenos Aires en 1871 se llamaba Johannes Dahlmann y era pastor de la Iglesia evangélica; en 1939, uno de sus nietos, Juan Dahlmann, era secretario de una biblioteca municipal en la calle Córdoba y se sentía hondamente argentino. Su abuelo materno había sido aquel Francisco Flores, del 2 de infantería de línea, que murió en la frontera de Buenos Aires, lanceado por indios de Catriel: en la discordia de sus dos linajes, Juan Dahlmann (tal vez a impulso de la sangre germánica) eligió el de ese antepasado romántico, o de muerte romántica. Un estuche con el daguerrotipo de un hombre inexpresivo y barbado, una vieja espada, la dicha y el coraje de ciertas músicas, el hábito de estrofas del Martín Fierro, los años, el desgano y la soledad, fomentaron ese criollismo algo voluntario, pero nunca ostentoso. A costa de algunas privaciones, Dahlmann había logrado salvar el casco de una estancia en el Sur, que fue de los Flores: una de las costumbres de su memoria era la imagen de los eucaliptos balsámicos y de la larga casa rosada que alguna vez fue carmesí. Las tareas y acaso la indolencia lo retenían en la ciudad. Verano tras verano se contentaba con la idea abstracta de posesión y con la certidumbre de que su casa estaba esperándolo, en un sitio preciso de la llanura. En los últimos días de febrero de 1939, algo le aconteció.
Ciego a las culpas, el destino puede ser despiadado con las mínimas distracciones. Dahlmann había conseguido, esa tarde, un ejemplar descabalado de Las Mil y Una Noches de Weil; ávido de examinar ese hallazgo, no esperó que bajara el ascensor y subió con apuro las escaleras; algo en la oscuridad le rozó la frente, ¿un murciélago, un pájaro? En la cara de la mujer que le abrió la puerta vio grabado el horror, y la mano que se pasó por la frente salió roja de sangre. La arista de un batiente recién pintado que alguien se olvidó de cerrar le habría hecho esa herida. Dahlmann logró dormir, pero a la madrugada estaba despierto y desde aquella hora el sabor de todas las cosas fue atroz. La fiebre lo gastó y las ilustraciones de Las Mil y Una Noches sirvieron para decorar pasadillas. Amigos y parientes lo visitaban y con exagerada sonrisa le repetían que lo hallaban muy bien. Dahlmann los oía con una especie de débil estupor y le maravillaba que no supieran que estaba en el infierno. Ocho días pasaron, como ocho siglos. Una tarde, el médico habitual se presentó con un médico nuevo y lo condujeron a un sanatorio de la calle Ecuador, porque era indispensable sacarle una radiografía. Dahlmann, en el coche de plaza que los llevó, pensó que en una habitación que no fuera la suya podría, al fin, dormir. Se sintió feliz y conversador; en cuanto llegó, lo desvistieron; le raparon la cabeza, lo sujetaron con metales a una camilla, lo iluminaron hasta la ceguera y el vértigo, lo auscultaron y un hombre enmascarado le clavó una aguja en el brazo. Se despertó con náuseas, vendado, en una celda que tenía algo de pozo y, en los días y noches que siguieron a la operación pudo entender que apenas había estado, hasta entonces, en un arrabal del infierno. El hielo no dejaba en su boca el menor rastro de frescura. En esos días, Dahlmann minuciosamente se odió; odió su identidad, sus necesidades corporales, su humillación, la barba que le erizaba la cara. Sufrió con estoicismo las curaciones, que eran muy dolorosas, pero cuando el cirujano le dijo que había estado a punto de morir de una septicemia, Dahlmann se echó a llorar, condolido de su destino. Las miserias físicas y la incesante previsión de las malas noches no le habían dejado pensar en algo tan abstracto como la muerte. Otro día, el cirujano le dijo que estaba reponiéndose y que, muy pronto, podría ir a convalecer a la estancia. Increíblemente, el día prometido llegó.
A la realidad le gustan las simetrías y los leves anacronismos; Dahlmann había llegado al sanatorio en un coche de plaza y ahora un coche de plaza lo llevaba a Constitución. La primera frescura del otoño, después de la opresión del verano, era como un símbolo natural de su destino rescatado de la muerte y la fiebre. La ciudad, a las siete de la mañana, no había perdido ese aire de casa vieja que le infunde la noche; las calles eran como largos zaguanes, las plazas como patios. Dahlmann la reconocía con felicidad y con un principio de vértigo; unos segundos antes de que las registraran sus ojos, recordaba las esquinas, las carteleras, las modestas diferencias de Buenos Aires. En la luz amarilla del nuevo día, todas las cosas regresaban a él.
Nadie ignora que el Sur empieza del otro lado de Rivadavia. Dahlmann solía repetir que ello no es una convención y que quien atraviesa esa calle entra en un mundo más antiguo y más firme. Desde el coche buscaba entre la nueva edificación, la ventana de rejas, el llamador, el arco de la puerta, el zaguán, el íntimo patio.
En el hall de la estación advirtió que faltaban treinta minutos. Recordó bruscamente que en un café de la calle Brasil (a pocos metros de la casa de Yrigoyen) había un enorme gato que se dejaba acariciar por la gente, como una divinidad desdeñosa. Entró. Ahí estaba el gato, dormido. Pidió una taza de café, la endulzó lentamente, la probó (ese placer le había sido vedado en la clínica) y pensó, mientras alisaba el negro pelaje, que aquel contacto era ilusorio y que estaban como separados por un cristal, porque el hombre vive en el tiempo, en la sucesión, y el mágico animal, en la actualidad, en la eternidad del instante.
A lo largo del penúltimo andén el tren esperaba. Dahlmann recorrió los vagones y dio con uno casi vacío. Acomodó en la red la valija; cuando los coches arrancaron, la abrió y sacó, tras alguna vacilación, el primer tomo de Las Mil y Una Noches. Viajar con este libro, tan vinculado a la historia de su desdicha, era una afirmación de que esa desdicha había sido anulada y un desafío alegre y secreto a las frustradas fuerzas del mal.
A los lados del tren, la ciudad se desgarraba en suburbios; esta visión y luego la de jardines y quintas demoraron el principio de la lectura. La verdad es que Dahlmann leyó poco; la montaña de piedra imán y el genio que ha jurado matar a su bienhechor eran, quién lo niega, maravillosos, pero no mucho más que la mañana y que el hecho de ser. La felicidad lo distraía de Shahrazad y de sus milagros superfluos; Dahlmann cerraba el libro y se dejaba simplemente vivir.
El almuerzo (con el caldo servido en boles de metal reluciente, como en los ya remotos veraneos de la niñez) fue otro goce tranquilo y agradecido.
Mañana me despertaré en la estancia, pensaba, y era como si a un tiempo fuera dos hombres: el que avanzaba por el día otoñal y por la geografía de la patria, y el otro, encarcelado en un sanatorio y sujeto a metódicas servidumbres. Vio casas de ladrillo sin revocar, esquinadas y largas, infinitamente mirando pasar los trenes; vio jinetes en los terrosos caminos; vio zanjas y lagunas y hacienda; vio largas nubes luminosas que parecían de mármol, y todas estas cosas eran casuales, como sueños de la llanura. También creyó reconocer árboles y sembrados que no hubiera podido nombrar, porque su directo conocimiento de la campaña era harto inferior a su conocimiento nostálgico y literario.
Alguna vez durmió y en sus sueños estaba el ímpetu del tren. Ya el blanco sol intolerable de las doce del día era el sol amarillo que precede al anochecer y no tardaría en ser rojo. También el coche era distinto; no era el que fue en Constitución, al dejar el andén: la llanura y las horas lo habían atravesado y transfigurado. Afuera la móvil sombra del vagón se alargaba hacia el horizonte. No turbaban la tierra elemental ni poblaciones ni otros signos humanos. Todo era vasto, pero al mismo tiempo era íntimo y, de alguna manera, secreto. En el campo desaforado, a veces no había otra cosa que un toro. La soledad era perfecta y tal vez hostil, y Dahlmann pudo sospechar que viajaba al pasado y no sólo al Sur. De esa conjetura fantástica lo distrajo el inspector, que al ver su boleto, le advirtió que el tren no lo dejaría en la estación de siempre sino en otra, un poco anterior y apenas conocida por Dahlmann. (El hombre añadió una explicación que Dahlmann no trató de entender ni siquiera de oír, porque el mecanismo de los hechos no le importaba).
El tren laboriosamente se detuvo, casi en medio del campo. Del otro lado de las vías quedaba la estación, que era poco más que un andén con un cobertizo. Ningún vehículo tenían, pero el jefe opinó que tal vez pudiera conseguir uno en un comercio que le indicó a unas diez, doce, cuadras.
Dahlmann aceptó la caminata como una pequeña aventura. Ya se había hundido el sol, pero un esplendor final exaltaba la viva y silenciosa llanura, antes de que la borrara la noche. Menos para no fatigarse que para hacer durar esas cosas, Dahlmann caminaba despacio, aspirando con grave felicidad el olor del trébol.
El almacén, alguna vez, había sido punzó, pero los años habían mitigado para su bien ese color violento. Algo en su pobre arquitectura le recordó un grabado en acero, acaso de una vieja edición de Pablo y Virginia. Atados al palenque había unos caballos. Dahlmam, adentro, creyó reconocer al patrón; luego comprendió que lo había engañado su parecido con uno de los empleados del sanatorio. El hombre, oído el caso, dijo que le haría atar la jardinera; para agregar otro hecho a aquel día y para llenar ese tiempo, Dahlmann resolvió comer en el almacén.
En una mesa comían y bebían ruidosamente unos muchachones, en los que Dahlmann, al principio, no se fijó. En el suelo, apoyado en el mostrador, se acurrucaba, inmóvil como una cosa, un hombre muy viejo. Los muchos años lo habían reducido y pulido como las aguas a una piedra o las generaciones de los hombres a una sentencia. Era oscuro, chico y reseco, y estaba como fuera del tiempo, en una eternidad. Dahlmann registró con satisfacción la vincha, el poncho de bayeta, el largo chiripá y la bota de potro y se dijo, rememorando inútiles discusiones con gente de los partidos del Norte o con entrerrianos, que gauchos de ésos ya no quedan más que en el Sur.
Dahlmann se acomodó junto a la ventana. La oscuridad fue quedándose con el campo, pero su olor y sus rumores aún le llegaban entre los barrotes de hierro. El patrón le trajo sardinas y después carne asada; Dahlmann las empujó con unos vasos de vino tinto. Ocioso, paladeaba el áspero sabor y dejaba errar la mirada por el local, ya un poco soñolienta. La lámpara de kerosén pendía de uno de los tirantes; los parroquianos de la otra mesa eran tres: dos parecían peones de chacra: otro, de rasgos achinados y torpes, bebía con el chambergo puesto. Dahlmann, de pronto, sintió un leve roce en la cara. Junto al vaso ordinario de vidrio turbio, sobre una de las rayas del mantel, había una bolita de miga. Eso era todo, pero alguien se la había tirado.
Los de la otra mesa parecían ajenos a él. Dalhman, perplejo, decidió que nada había ocurrido y abrió el volumen de Las Mil y Una Noches, como para tapar la realidad. Otra bolita lo alcanzó a los pocos minutos, y esta vez los peones se rieron. Dahlmann se dijo que no estaba asustado, pero que sería un disparate que él, un convaleciente, se dejara arrastrar por desconocidos a una pelea confusa. Resolvió salir; ya estaba de pie cuando el patrón se le acercó y lo exhortó con voz alarmada:
-Señor Dahlmann, no les haga caso a esos mozos, que están medio alegres.
Dahlmann no se extrañó de que el otro, ahora, lo conociera, pero sintió que estas palabras conciliadoras agravaban, de hecho, la situación. Antes, la provocación de los peones era a una cara accidental, casi a nadie; ahora iba contra él y contra su nombre y lo sabrían los vecinos. Dahlmann hizo a un lado al patrón, se enfrentó con los peones y les preguntó qué andaban buscando.
El compadrito de la cara achinada se paró, tambaleándose. A un paso de Juan Dahlmann, lo injurió a gritos, como si estuviera muy lejos. Jugaba a exagerar su borrachera y esa exageración era otra ferocidad y una burla. Entre malas palabras y obscenidades, tiró al aire un largo cuchillo, lo siguió con los ojos, lo barajó e invitó a Dahlmann a pelear. El patrón objetó con trémula voz que Dahlmann estaba desarmado. En ese punto, algo imprevisible ocurrió.
Desde un rincón el viejo gaucho estático, en el que Dahlmann vio una cifra del Sur (del Sur que era suyo), le tiró una daga desnuda que vino a caer a sus pies. Era como si el Sur hubiera resuelto que Dahlmann aceptara el duelo. Dahlmann se inclinó a recoger la daga y sintió dos cosas. La primera, que ese acto casi instintivo lo comprometía a pelear. La segunda, que el arma, en su mano torpe, no serviría para defenderlo, sino para justificar que lo mataran. Alguna vez había jugado con un puñal, como todos los hombres, pero su esgrima no pasaba de una noción de que los golpes deben ir hacia arriba y con el filo para adentro. No hubieran permitido en el sanatorio que me pasaran estas cosas, pensó.
-Vamos saliendo- dijo el otro.
Salieron, y si en Dahlmann no había esperanza, tampoco había temor. Sintió, al atravesar el umbral, que morir en una pelea a cuchillo, a cielo abierto y acometiendo, hubiera sido una liberación para él, una felicidad y una fiesta, en la primera noche del sanatorio, cuando le clavaron la aguja. Sintió que si él, entonces, hubiera podido elegir o soñar su muerte, ésta es la muerte que hubiera elegido o soñado.
Dahlmann empuña con firmeza el cuchillo, que acaso no sabrá manejar, y sale a la llanura.
Saludos!!!.
lunes, 25 de octubre de 2010
Un break even cansador
Hola, hace casi 2 semanas que estoy en un down preocupante, pero a pesar de esto, estoy cometiendo errores. Los errores incluyen: pensar más de lo necesario (provocando que mis bluffs se topen contra una mano cuando los rivales increíblemente juegan pasivo una mano en boards totalmente cargados), bluffear mas de lo necesario (se infiere de lo anterior), me tildé 200 manos (que aunque sea en una semana no debería pasar), y sobre todo jugando bajo una auto-presión por mantener mi winrate arriba de 5bb/100 EV.
En resumen, estoy jugando debajo de mi nivel; por lo tanto estoy jugando en "tilt" y a pesar de todo, mi winrate ronda los 4bb/100 en 60 k hands. Esto significa que se puede mejorar muchísimo todavía, y que hay muchos errores por pulir.
Les dejo la gráfica de los últimos 13 días, pero lo más preocupante es que estoy llegando al SD solamente un 21% y gano el 47%. Esto se debe a que no estoy extrayendo valor de mis manos, mis bluffs river me estan matando y las veces que llevo mano me encuentro con otra mejor.
En conclusión, todavía soy responsable de estos resultados.
Y como corolario: "se puede ganar consistentemente a 5-7 bb/100 en nl100, ajustando detalles básicos de nuestro juego. "
Saludos!!!! y hasta la próxima.-
domingo, 17 de octubre de 2010
Varios temas
Por ahora comentar que volví a nl100, que estoy muy comodo jugando un estilo totalmente nuevo.
El cambio se debe, a que en mi 2do intento, donde jugue 118k hands a 1 bb/100 EV, habia notado que mi juego (sistemático a muchas mesas) era super explotable y por lo tanto debía cambiar, necesitaba un salto de calidad.
Conversando con un amigo del poker y la vida (Aco) ya le había referido mis impresiones, y estaba muy de acuerdo con sus criticas.
En estos días llevo un up, ganando a 7 bb/100 EV, y 12 bb/100 reales (aunque aun me siga debiendo jaja) pero necesito llevar estos resultados a una muestra mayor de manos, al menos 100 k hands (recién tengo un 30%).
Con respecto a los cambios en mi juego, el otro día se me ocurrió una frase que puede sintetizarlo: "13/10/10: ni siquiera yo se lo que haré con una mano antes del preciso momento de jugarla, debido a un conjunto mayor de variables (por lo menos visibles para mi hace poco) léase: posición (relativa, absoluta), mi imagen, stacks, perfiles de rivales, ..., y por último mi mano. Estos motivos no aminoran la incertidumbre de mis rivales, y así estoy jugando mi mejor poker hasta ahora."
Llevo 3 días alejado de esta premisa, así que hoy hago un break, necesito reubicar mi juego, volver a pensar en cada mano; ya que me había vuelto sistemático nuevamente.
Además, jugué por lo menos 2 días bajo un leve "tilt" que se volvió cíclico, ya que me tildaba de verme jugando en "tilt" y haciendo movimientos que rememoran aquel mal jugador que fuí en el pasado.
Saludos, espero les guste la entrada.
PD: les recomiendo que intenten leer algo de Borges, hasta ahora voy leyendo dos de sus libros: El Aleph y Ficciones. Es increíble la imaginacion de este genio, renglón a renglón.
Si no pueden conseguir estos libros, avisen que intentaré que los obtengan.
martes, 31 de agosto de 2010
Back to 50 NL FR
Hola!, estuve analizando mi juego en NL 100, y si bien gane a practicamente 1bb/100, es muy poco y no puedo jugar como un rake player porque vivo de esto y sería estancarme totalmente.
Así que vuelvo a 50 NL FR, pero voy a trabajar en un estilo diferente, y me refiero a mi juego post-flop ya que debo ser muuucho mejor en este rubro si quiero ganar a 3bb/100 como mínimo en nl100.
Estaré comentando acerca de mis cambios pero por ahora les digo que modificaré los siguientes ítems:
- Ampliar levemente los rangos de OR pre-flop (aunque esto será muy sutil).
- Aumentar mi call open (ya que me leen como un libro cuando llevo PP).
- Aumentar mi call a 3bet (practicamente premiums) y aumentar un poco mi rango de 3bets.
- Equilibrar mi juego post-flop, sobre todo el check raise.
viernes, 13 de agosto de 2010
NL 100 FR report: Estoy verde
Hola, actualizo el blog diciendo que jugué 118k hands a 1.29 bb/100 EV.
Obviamente este resultado no me gusta nada de nada y ahora mismo voy a analizar mis datos para mejorar mi winrate.
Estoy algo desilusionado porque mis espectativas eran superiores, pero me dí cuenta que estoy verde para el level, y necesito aprender un poco más. Seguramente 2 o 3 cambios bien analizados harán el trabajo.
Ayer por la noche hice un primer análisis de mis stats con el mismo jugador que tomé como referencia en NL 50, me refiero a Bigchiefds, quien ahora esta jugando en NL 100 con un winrate similar.
Las diferencias mas importantes que hallé son:
1) Pierdo menos en el nsd, -5.4 bb/100 (que esta horrible por cierto) vs -5.95 bb/100.
2) Gano menos en el sd, +4.81 bb/100 vs +11.71 bb/100.
Realicé un análisis de los siguientes ítems donde practicamente tenemos el mismo winrate:
1) Shove pre-flop (aquí buscaba errores groseros en mi preflop range, a la hora de shovear): mi winrate era ligeramente superior.
2) Raise al 3bet, raise al 4bet: mi winrate es superior.
3) Las veces que vemos el Flop y el Turn sin SD: él tiene una leve ventaja en el winrate.
Ahora me pondré a analizar otra parte de la BD, y les seguiré comentando.
No voy a cometer el error de realizar grandes cambios, porque esto por experiencia es un error catastrófico, es como intentar equilibrar una torre de un gran golpe, no lo hagan nunca, porque perderán días y días sin saber que mejorar.
Saludos (adjunto la gráfica).
Nicolás.
miércoles, 7 de julio de 2010
Update nl 50 FR + algo de fútbol
Hola, aún sigo jugando en nl50 porque necesito liberar un bono para engrosar un poco mi bank y de paso les dejo la grafica de las últimas 150 k hands a 5.12 EV bb/100.
Comentarles que la diferencia la marqué prestando atención a cada mano, siempre en función de la mano de nuestro rival (cuando se trata de un regular) logrando así u n considerable aumento en las ganancias de mis non showdown. Básicamente mejoré en 2nd y 3rd barrel, 4bet, balancee mis check raises (todavía me falta hacerlo en el turn), etc.
Para el caso de jugadores ocasionales, siempre trato de buscar el SPR adecuado para mi mano, el estilo del rival y los stacks.
Finalmente decir que me preocupa la incertidumbre de saber si podré ganar al menos a 2.5bb/100 ya que de lo contrario no sería lucrativo subir; pero por otro lado es un salto necesario para mejorar más y más el nivel.
Fútbol
Con respecto a tanta espectativa generada en un país entero con el mundial decir que de alguna manera me esperaba tal desenlace lamentablemente.
Diego Maradona fue tan buen jugador, que la gente cree en la gran mayoría, que se merece el puesto de técnico de la selección; cuando no cuenta con experiencia positiva y galardones necesarios para tal exigencia.
Tengo que reconocer que colaboró para llegar a dos finales del mundo pero nos quitó de 2 mundiales.
Es EV- jugar contra Alemania con un solo hombre de marca en el medio cuando ellos lo tienen super-poblado con cinco jugadores. Tampoco estábamos preparados mentalemente para afrontar un mal comienzo, quedó evidenciado cuando atacábamos con desesperación regalando media cancha, agachando la cabeza como si no fueran profesionales, sino chicos jugando en el parque del barrio... Fue totalmente ridícula la selección de jugadores, y lo critiqué desde el primer momento.
En la conferencia de prensa Maradona no actuó como un grande, no reconoció ni un error...
Bueno, nada, no me enrosco mas, escucho comentarios.
Hasta luego.-
martes, 29 de junio de 2010
100 k hands a 5 bb/100 NL 50 FR
Quiero contarles que realmente estaba cometiendo errores de enfoque en el juego ( debido a la cantidad de mesas), mi agresividad no estaba correctamente distribuida y también tuve que corregir los rangos de OR, 3bet, 4bet, etc..En resumen, decir que es muy peligroso hacer grandes cambios a una estrategia aunque estos esten cuidadosamente pensados de antemano, ya que es necesario una gran muestra de manos para saber si los estas modificaciones dan resultado.Como habrán visto, me llevó mas de 9 meses hallar la estrategia que me permite ganar a este winrate medio; que si tan sólo hubiera realizado mínimos cambios progresivos, este valioso tiempo se hubiera reducido.
Ahora pensar en nl 100 y con mas hambre que antes.
Aquí les dejo la gráfica. Con respecto a la diferencia de EV y winnings, simplemente ningún comentario relevante.
Saludos, gorozito.
martes, 1 de junio de 2010
Professional No Limit Holdem (Spanish)
Estuve trabajando mucho tiempo con un equipo para la traducción del PNLH, y aquí se los dejo para que lo disfruten.
En lo personal, fui padre de dos hermosas mellizas, que si bien no me dejan dormir nada; me tienen totalmente enamorado jaja. Después les mostraré unas fotos.
Con respecto al poker, no he actualizado porque lamentablemente aún no alcanzo los 5 bb/100 EV que quiero en nl 50 PS. Si bien llevo mas de 400 k hands a 4 ev bb/100; obviamente no estoy conforme. Pero esta vez estoy realmente cerca de ir a 100 y no volver (esa es la idea).
Bueno, un abrazo, aguante Argentina (especialmente para este mundial que se avecina).
Abrazo
PD: Me olvidaba el link de descarga!!!; Aquí lo tienen:
http://www.megaupload.com/?d=N8UJ9CBA (lo copian y lo pegan)
O click aquí.